Enogastronomía: Aconcagua, Casablanca, San Antonio

valles de

Aconcagua, Casablanca, San Antonio

Este Mapa de Sabores emerge del vínculo natural que existe entre el vino y la comida. Con él, queremos presentar la variedad de productos que al nacer en la misma tierra, crean una inmensa riqueza enogastronómica, potenciándose no solo en boca, sino como representantes del lugar. Hemos elegido productos emblemáticos de cada valle, con recetas para cocinarlos y con sugerencias de maridaje para disfrutar de la experiencia.

Con la finalidad de promover la diversidad e identidad de nuestro país, hemos desarrollado este material práctico para aprender, inspirar e innovar en la oferta gastronómica y su vinculación con un producto emblemático para Chile como es el vino y su multiplicidad de cepas, con un enfoque territorial.

Entre el suelo y lo que ahí crece hay una conversación continua. Se suma lo que le rodea y lo que se crea con él. Es un diálogo único e irrepetible que responde al clima y la geografía que solo se da ahí y que se va trenzando de norte a sur y de cordillera a mar. Eso es el terruño: lugares específicos de Chile en que los ingredientes hablan con la cocina; y las cocinas con sus vinos locales, creando recetas que expresen la tierra donde se está.

El vino fluye y marca pautas que junto a los alimentos deben bailar unidos en la mesa. El cocinero es el gran director de orquesta que creará composiciones sabrosas para que este terruño se muestre en esplendor, usando lo que ahí nace porque finalmente es lo que representa.

En estas recetas está la tierra que habitamos: trozos de Chile que el cocinero hará brillar en forma de ceviches, chupes, sánguches, caldos, cocimientos, asados y postres. Sin más, una sinfonía de paisajes, ingredientes y botellas, en forma de recetas tradicionales y otras más contemporáneas. Ellos pertenecen a esa tierra y, por lo mismo, no se pueden separar.

CHILE Y EL VINO

El desierto de Atacama en el norte; la Antártica en el sur; la Cordillera de los Andes al oriente y el Océano Pacífico al occidente, son las barreras naturales que protegen a Chile de pestes y enfermedades a las que otros países productores de alimentos están continuamente expuestos.

Chile tiene una rica y profunda diversidad. En 5 mil kilómetros de largo y 4 mil de costa se encuentran una enorme variedad de climas marcados por estaciones que las modifican. Una tierra de productos únicos que le pertenecen con sabores naturalmente intensos, aromas y colores que los diferencian del resto del globo.

Hoy el vino chileno se produce en cuatro grandes zonas; regiones vitivinícolas de características propias que identifican esa tierra y cultura.

Aquí presentamos recetas inspiradas en los sabores de cada terroir, algunas de sus cocinas tradicionales y otras con lo que Chile produce hoy. Todas ellas pensadas en el vino, potenciándose mutuamente, celebrando nuestra única y sabrosa tierra.

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MARIDAJES

Aconcagua

El famoso monte Aconcagua (el más alto del continente, de 6.956 mts. de altura) enmarca este precioso valle, de mañanas frescas y posteriores temperatura altas que se acumulan en las laderas rocosas de la cordillera, reguladas por el viento frío que entra por el río Aconcagua. Este cambio térmico genera un escenario ideal para cepas de clima moderado en la pre-cordillera de los Andes como Syrah, Cabernet Sauvignon, Carménère y otras como Petit Verdot. Aconcagua costa por su parte, muestra todo el frescor y la mineralidad de sus blancos como el Sauvignon Blanc y sus grandes Chardonnays. Tintos de clima frío como el Pinot Noir y el Syah, son cada vez más interesantes. Sus escasas lluvias dan buenas condiciones para cultivos frutales como berries, tomates, higos, lúcumas, entre otras y sus posteriores secados, todas intensas y de texturas únicas. Aquí todavía quedan personas que trabajaron en las primeras plantaciones del valle, una zona de importancia histórica para la vitivinicultura y agricultura en Chile.

Casablanca

En los años ochenta se plantaron las primeras parras de este generoso y hasta ese entonces, agrícola valle. Región costera y de clima frío pionera de Chile, donde aparecieron vinos más frescos que pronto llamaron la atención en el mundo del vino. Fue cuando Chile dejó de ser el país de tinto y comenzó la búsqueda de nuevos terruños, aprovechando las características del suelo y las bondades del clima. Hoy la mayoría de las bodegas ofrecen vinos de cepas blancas como Sauvignon Blanc y Chardonnay o tintos clásicos de clima frío, como el Pinot Noir.

San Antonio

Este valle costero, también de clima frío, entrega vinos de gran acidez, vinos crujientes, frescos y minerales. El Sauvignon Blanc es de clase mundial, con un carácter aromático y una acidez que lo hacen el acompañante perfecto de platos crudos y cítricos. También sus clásicos Chardonnays, voluminosos, minerales y de gran carácter varietal, son grandes acompañante del langostino amarillo, extraído frente a las costas de la V Región. Los tintos costeros, ofrecen complejidad aromática, frescor y profundidad en boca; Pinot Noir y Syrah son los tintos por excelencia en esta zona. Es tierra además, de todo tipo de hortalizas, famosas por sus lechugas costinas y berries. El puerto de San Antonio enriquece con su nutrida caleta y el festín marino, hermosos pueblos y rica gastronomía local.

Calicata

“El suelo de este valle tiene la particularidad de una capa de arcilla volcánica (30 y 60 cms.) con 35 millones de años de edad, producida por explosiones volcánicas. Sigue un granito degradado hace 100 o 120 millones de años, formado bajo el mar que por movimiento de placas tectónicas se levantó, más rocas descompuestas que dan un maicillo blando. Todo entrega fuertes notas salinas, casi como lamer una piedra, produciendo Sauvignon Blanc y Syrah únicos.” (CALICATA CASABLANCA, GRANT PHELPS, ENÓLOGO)